sábado, 28 de mayo de 2011

Habana Vieja, visita obligada para quienes viajan a Cuba

Algo obligado para cualquier extranjero que llegue por primera vez a Cuba, es pasear por la Habana Vieja, ya que esta es, sin dudas, el centro del turismo en la capital cubana. Sus calles guardan pequeños tesoros que el viajero irá descubriendo a cada paso. Es por ello que se recomienda recorrerla a pie y evitar las excursiones multitudinarias. Claro que, los más románticos, tienen la opción de un paseo en carruaje tirado por caballos.






Generalmente, quienes conocen de oídas sobre esta emblemática parte de la capital de los cubanos, pueden hacerse una idea de lo interesante que puede resultar caminar por sus calles, conversar con su gente y disfrutar de todas aquellas cosas que este interesante lugar te puede ofrecer y es que sin dudas, el casco histórico de la capital es un lugar imperdible que se descubre a cada paso y en el que se respira historia.

La Habana Vieja es la imagen de la génesis de la capital cubana, es la zona más antigua de la capital cubana. Allí empezó todo, ese sitio fue, durante muchos años, toda la ciudad. Un hermoso lugar de calles estrechas, plazas, casas coloniales, iglesias y parques con fuentes. En su conjunto posee un trazado urbanístico de unos 5 km² de superficie, donde todavía quedan restos de las murallas que durante dos siglos la protegieron con un cerco de piedras y la configuraron como un recinto militar defensivo.

Debido a todo tipo de invasiones en la ciudad de La Habana, la Habana Vieja es el reflejo de una mezcla de arquitecturas y el testimonio de diferentes épocas invasoras: corona española, británicos, franceses y estadounidenses. Cuando estuvo en manos del gobierno de los Estados Unidos, las viejas construcciones coloniales fueron demolidas para levantar otras imponentes con fachadas neoclásicas.

Durante la década del sesenta del siglo XX se inicia un proceso de rescate del ambiente histórico de la Habana Vieja. Desde entonces se lleva a cabo un trabajo de investigación y restauración en el que ha tenido un peso considerable la labor de dirección y planificación de la Oficina del Historiador de la Ciudad.

En 1982, la Habana Vieja fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y su casco histórico conserva alrededor de 150 edificios que datan de los siglos XVI y XVII, cerca de 200 del siglo VXIII y 460 del siglo XIX. Un espectáculo arquitectónico con mezcla de estilos, balcones, patios internos, aljibes y mosaicos con dibujos increíbles.

En la actualidad, es una de las zonas más turísticas de la Habana. Además la Habana Vieja dispone de una infraestructura de restaurantes de todo tipo: desde los paladares (lugares familiares de comida criolla) hasta restaurantes gourmet e internacionales. También se encuentran muchas librerías, museos y tiendas (ropa, artesanías, souvenirs). Debido a la gran cantidad de turistas la vida en la Habana Vieja es muy activa y en ella se llevan a cabo ferias de artesanías, libros, presentaciones artísticas, etc.

En el corazón mismo de La Habana Vieja, nos encontramos con la Plaza de Armas que durante todo el día se encuentra colmada de turistas. Allí funciona un mercado de libros usados en el que vale la pena revisar y dar con pequeñas joyas de la literatura. Ideal para los amantes de la lectura. Además, a un lado de la plaza se alza el majestuoso Palacio de los Capitanes Generales (1780) que actualmente alberga el Museo de la Ciudad y atesora exposiciones vinculadas a la historia y el arte colonial, así como objetos de los primeros años de la República en Cuba.

Por su parte, al otro lado sorprende esa construcción que lleva el nombre de ‘’El Templete’’. Se trata este de un templo dórico en cuyo frente posee una columna que señala el sitio exacto donde se fundó la ciudad, allá por 1519. En tanto, enfrente se alza el Castillo de la Real Fuerza, el edificio más antiguo de la ciudad. Una fortaleza con puentes levadizos y cañones donde funciona un museo que vale la pena conocer y cuyo punto sobresaliente es la sala del oro donde pueden apreciarse algunos de los tesoros rescatados de las profundidades del mar y que procedía de los galeones hundidos frente a las costas cubanas en época de la colonia española.

A dos calles aproximadamente de allí se encuentra la Plaza de la Catedral donde se puede escuchar y ver tocar música típica cubana en vivo. Es común que los bares en este lugar saquen sus mesas y sillas al aire libre y se puede ver gente bailar y disfrutar del espectáculo gratuito. Claro que, sin dudas, el edificio más importante de este lugar es la Catedral de estilo barroco cuyos trabajos de construcción finalizaron hacia 1777. Vale la pena ingresar en su interior y conocerla.

En tanto, detrás de la Catedral se levanta el Seminario de San Pedro y San Ambrosio cuyo patio interior lleno de verde y esculturas es un hermoso sitio que vale la pena conocer.

La Calle Empedrado, que encontraremos muy cerca, es una de las que se desprenden de la Plaza de la Catedral y en la que se ubica la famosa ‘’Bodeguita del Medio’’. Bar y restaurante muy reconocido gracias a que allí se reunían famosos escritores y autores. En el, es posible degustar además de los platos típicos cubanos el delicioso mojito que tanto disfrutaba el conocido escritor Ernest Hemingway.

Mas adelante, la Calle Obispo alberga al Banco Nacional de Cuba, al Hotel Florida, la Droguería Johnson en la que aún perduran los frascos de medicina de cerámica sobre hermosas estanterías de madera y el Hotel Ambos Mundos donde se alojaba Ernest Hemingway y donde aún puede visitarse su habitación.

Pero claro que Hemingway ha dejado más huellas en Cuba, y es muy cerca también podemos encontrar el ‘’El Floridita’’  que es un llamativo bar donde el escritor también pasaba largas horas disfrutando allí de un frío daiquiri. Es famosa entonces su frase que dice: “Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquiri en El Floridita”.

En tanto, la Iglesia de San Francisco (1608) se presenta como un edificio imponente que ya no funciona como tal y al que se accede pagando una entrada. Luego, caminando hacia el sudeste se encuentra la Plaza Vieja totalmente restaurada y rodeada de hermosas edificaciones.

Pero, sin dudas, en los límites de La Habana Vieja nos sorprende un edificio: El Capitolio. Construido alrededor del 1920, es una réplica del Capitolio de Washington DC y, actualmente funcionan diferentes museos en sus distintas salas.

Enfrente de este, el Parque Central. Con hermosas y altas palmeras este sitio se encuentra rodeado por el Gran Teatro y el hermoso Hotel Inglaterra, entre otros edificios de importancia. También muy cercano están el Museo de Bellas Artes que expone muestras de arte contemporáneo y antiguo de artistas cubanos y extranjeros y el Museo de la Revolución que se alza en lo que fuera el antiguo palacio de Fulgencio Batista y que atesora objetos, documentos, grabaciones y filmes de la historia de la isla.
La Habana Vieja tiene mucho para ofrecer y para cerrar un paseo por ese sector de la ciudad, que mejor que presenciar la ceremonia del cañonazo en la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña. En un ambiente en penumbras, en silencio y con extrema majestuosidad, jóvenes vestidos de acuerdo a la época, con casacas, pelucas y sombreros, continúan una tradición antigua y, al sonido de los tambores, disparan un cañón justo a las nueve de la noche, para recordar de forma simbólica los tiempos en los que a esa hora se cerraban las puertas de la muralla de esta maravillosa ciudad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario